lunes, 13 de junio de 2011

En tu lado de la cama

Estás aquí a mi lado, en tu lado de la cama, dormido como un bebito. Respirando tranquilidad, saciando tu cansancio.

Estás aquí a mi lado, en tu lado, semidesnudo, y no puedo evitar mirarte, ver como tu cuerpo aspira aire y se mueve al compás de tu respiración.

Estás aquí a mi lado, en tu lado, dormido profundamente, soñando con no se qué. Aquí a mi lado, en tu lado, te toco, te acaricio, me muevo y se rozan sin querer (o por inercia) nuestras pieles. Y sonríes cada vez que pasa eso. No sientes como te empujo a un lado porque nuestros cuerpos imantados se unen, pero si te percatas de esos detalles y sonríes en sueños.

Estás aquí a mi lado, en tu lado, roncando con toda la armonía de una buena respiración fuerte, símbolo de pasear por el mundo onírico intensamente.

Estás aquí a mi lado, en tu lado, y te mueves y me tocas. Y vuelves a sonreír. Y te beso pero estás dormido, pero parece que estar cerca de mí te satisface.

Pasas de tu lado al mío y mi piel tiene escalofríos. Me encanta sentirte. Me encanta respirarte. Me encanta como eres.

Estás aquí a mi lado, en tu lado, y puedo hacer lo que quiera; con serenidad, con agobio, con paciencia o sin ella, con ruido o en completo silencio, pero sigues aquí. Estás aquí a mi lado, en tu lado... siempre conmigo.